lunes, 5 de noviembre de 2012

Marta Ortiz





Hay que irse de los lugares para después volver
–la frase replicaba la cadencia de un mantra

Imaginó un paisaje blanco
nieve                   papel frío
espuma donde cavar huellas.

Lo por venir promete vuelos alucinados
lo dijo un poco a tontas y a locas   
sin ser loca ni tonta

A veces
debió aclarar
el paisaje blanco promete cadáveres.

Una página de donde no se vuelve.








 
                       Me desperté de madrugada deseando tener un vestido blanco. 
                       Y sería de gasa. Era un deseo intenso y lúcido.
                                                                                            Clarice Lispector


En primer plano un borde rocoso se acantila
amplía o embebe el viento mi vestido blanco.
Al pie del farallón / el bramido azulísimo del mar.

No recuerdo en qué película
de pie sobre el humus
húmedo
hundía mi huella

la traición en vilo / el paso en falso:
álgido arabesco y posterior caída,
la tela vaporosa abría un embudo
perdía sus plumas.

Un toque de maquillaje y a escena.
La secuencia sobre papel de estraza,
boceto a plumín y tinta china.
La misma.
Siempre.

 

 
En la antología Cuando el río suena, Buenos Aires, Edit Vinciguerra, colección Summa, 2012.





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