lunes, 26 de noviembre de 2012

María Cristina Ramos







Música


Corté su azul como un hilo de encanto,

como un racimo que ya no prospera.

Como un cauce donde tal vez había

el cristal que el agua alumbra de la nada.

Corté su escaso cielo por lo sano,

ya no más la suavidad del escondite,

música donde bebía mi silencio.

Suele pasar con retoños tardíos

que brotan, indefensos,

de la rama quebrada.










La que huye
 

Tengo que hablar seriamente con la liebre.

No sé por qué me busca con un rabo de sombra,

la he visto complacerse en la hierba,

alumbrar su pelaje en escondites.

La he visto con sus largas alertas

detenerse y mirarme,

                como quien esgrime una pregunta

y después esfumarse en hebras de desierto.

 

Tiene que haber un modo

                de entender su mirada,

con razonable pausa alcanzar su carrera.

Llevo siglos en esto, ya no aparto la alfalfa,

                me tomo este sosiego

de esperar que algo cambie

                en un claro del mundo.

 









De En un claro del mundo, Ruedamares, 2012.




























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